Este Museo se creó con la voluntad de ser un espacio dedicado a la divulgación y curiosidad de todo lo que está relacionado con la industria informática, y, por consecuencia, con las enseñanzas que se imparten en la Escuela Técnica Superior de Sistemas Informáticos (ETSISI).

Actualmente, el Museo expone una miscelánea de componentes, dispositivos, piezas, equipos y materiales estrecha e íntimamente relacionados con el mundo informático, periferia y redes informáticas (comunicaciones). Al mismo tiempo, se muestra un compendio de paneles gráficos que describen de forma cronológica todos los objetos expuestos entre los que se cabría destacar: una mesa perforadora-verificadora de tarjetas con sus tarjetas perforadas, calculadoras mecánicas y electrónicas, memorias de ferrita, componentes electrónicos (relés, válvulas termoiónicas, diodos, transistores, circuitos integrados, microprocesadores, etc.), discos duros de almacenamiento de la información, ordenadores de sobremesa, máquinas servidoras, equipos de videojuegos, portátiles, etc. El Museo se completa con unas vitrinas empotradas que albergan piezas que ilustran la evolución de la informática, entre las que cabría citar a las memorias de semiconductores, microprocesadores, discos magnéticos, así como una miscelánea de objetos diversos. A fecha presente los fondos del Museo alcanzan más de medio millar de objetos.

La idea principal que definió el diseño y estructura actual del Museo, fue que cualquier alumno, profesor, personal administrativo, o en general cualquier persona visitante, pudiese visionar todas estas reliquias informáticas: máquinas, equipos históricos de la computación y programas escritos en fichas perforadas, sin tener que solicitar cita previa para su visita, ni la de requerir ninguna asistencia técnica del personal del Museo o de la Escuela. Asimismo, se deja abierta la posibilidad de pedir cita previa para determinados colectivos o grupos.

Vista en profundidad y en detalle del Museo

El Museo se estructura en torno a un compendio de secciones, ligadas al desarrollo de los componentes y dispositivos electrónicos, que condujeron a la mejora en el rendimiento y fiabilidad del equipamiento informático, periferia y comunicaciones. También se expone un conjunto de objetos, de indudable relevancia en el devenir temporal de la informática, cuyo relato se muestra a continuación.

En la imagen de la izquierda se puede apreciar la máquina perforadora-verificadora de tarjetas TP IBM 029 del año 1964, con tecnología mecánico-eléctrica (relés, diodos y tubos de vacío o de electrones), coincidente con la salida al mercado de la computadora IBM System/360, y con un peso de 104 Kg. A la derecha se observa un programa original, escrito en el lenguaje Cobol, con un color específico en las tarjetas para señalar el rol que desempeñan en el programa. A saber: verde para la tarjeta de inicio, amarillo para el cuerpo del programa y rojo-anaranjado de control, ficha stop de final de programa y ficha end de final de fichas. La novedad avanzada de la perforadora de teclas IBM 029, fue la de introducir el conjunto de caracteres EBCD ampliado (EBCDIC).

Programa Cobol escrito en tarjetas perforadas

Las dos figuras siguientes son de máquinas calculadoras mecánicas y electromecánicas, consideradas las precursoras de las máquinas computadoras. El ingenio Original Odhner modelo 39 de ruedas dentadas, data de principios de 1940 y con un peso de aproximadamente 6 Kg, mientras que la calculadora electromecánica (relés, diodos, resistencias, interruptores) Friden STW-10 del año 1960, tiene un peso de 19 Kg y un consumo de 100 W.

Calculadora electromecánica Friden STW-10

Progresando en el desarrollo temporal de la industria informática disponible en el Museo, se encuentra la calculadora, o también denominada por algún autor, la primera computadora personal de escritorio programable Olivetti Programma 101 de 1965, con tecnología transistorizada discreta y con un peso de 35,5 Kg. A su derecha la calculadora Olivetti Logos E-270 construida con circuitos integrados (CI´s), del año 1970 y 15 Kg de peso.

Calculadora Olivetti Logos E-270

Una de las reliquias más relevantes del Museo es la memoria de ferritas, patente solicitada por Jay Forrester en 1951, y concedida en 1956 con su método crucial de «corriente coincidente». El principio físico de funcionamiento consistía en atravesar un hilo conductor por el núcleo (anillo) ferromagnético, que transporta una corriente eléctrica, que provoca una magnetización controlada del núcleo de acuerdo con su ciclo de histéresis. Cada núcleo almacenaba 1 bit de información. El núcleo de ferrita fue adoptado como logo o emblema de las titulaciones de Informática.

La evolución tecnológica de las memorias de ferritas se basó en reducir el diámetro de los anillos (desde los 2 mm de los años 50 hasta los 0.2 mm de los años 70) e incrementar su frecuencia de funcionamiento, para terminar la evolución con las Rod Memory (barras magnéticas) y las Twistor Memory (cintas magnéticas que envuelven a un hilo de cobre conductor). Todas ellas precursoras de las memorias principales semiconductoras.

La ilustración de la izquierda muestra un bastidor de memoria de ferritas con su lupa cuentahílos, y a su derecha una vista más detallada del contenido de su interior.

1 bit

Logo Informática

Señalar que hasta el descubrimiento de la válvula electrónica no aparecieron los primeros computadores, tal como se les considera actualmente. De ahí que historia de la computación está íntimamente vinculada a la evolución de la tecnología electrónica. Por lo tanto, la radiografía evolutiva va ligada al desarrollo tecnológico de los componentes semiconductores electrónicos, desde el nacimiento del dispositivo discreto transistor bipolar de germanio en diciembre de 1947, pasando por la invención del circuito integrado (CI) en 1958, y finalizando con la comercialización del primer microprocesador (µP 4004) en el año 1971. El desarrollo posterior de la tecnología ha ido encaminada a la miniaturización, mejora de la velocidad de procesamiento y reducción de consumo y potencia eléctrica.

El primer transistor basado en el material de silicio comercial se presentó en 1954 y la primera oblea (wafer) de 0,75-1 pulgada en el año 1960. Posteriormente (1969) vino el desarrollo de los primeros productos de chips de memoria utilizando obleas de 2″. Actualmente (2023) se está trabajando con obleas de 12” (300 mm) de diámetro, y en la siguiente generación de 450 mm (18”).

El primer microprocesador, el Intel 4004, se fabricó utilizando obleas de silicio de 2″ (50 mm) a partir de 1971.

Componentes discretos pasivos y activos

Oblea de silicio sin procesar

Otro equipo singular es el microcomputador de escritorio Wang 2200, colección de varias unidades que tenían que conectarse para completar un sistema funcional (CPU (de unos 24 Kg), bloque de PSU (15,9 Kg), teclado (3,2 Kg) y terminal de usuario con CRT de 12” monocromo (verde) y unidad de casete (14,4 Kg), data del año 1973 con tecnología de circuitos integrados TTL, y un peso total aproximado de 55 Kg. Se ofrecía con 3 fusibles de 2 amperios, una capacidad de 4 KB de memoria ampliable a otros 4KB, y disponía de una opción de impresora.

Microcomputadora Wang 2200 de 1973

En una de las vitrinas del Museo se destaca visualmente la evolución tecnológica de las unidades de almacenamiento secundario, manifestándose dicha evolución en el binomio polarizado, escalamiento (miniaturización o reducción) del tamaño (peso y volumen) frente a la mayor capacidad de almacenar información. Otra de las claves es el coste; así, 1 GB en 1956 podría alcanzar los 9 millones de euros, mientras que en 2022 cuesta unos pocos céntimos de euro.

Discos duros de las décadas de los años 70, 80 y 90 respectivamente

Siguiendo con la línea temporal, una vitrina icónica del Museo es la que representa a la década de los 80, concretamente el 12 de agosto de 1981, IBM pone en el mercado mundial el ordenador personal (Personal Computer, PC) modelo 5150 orientado al hogar, a las universidades, administraciones, pequeña empresa, etc., estableciendo el predominio del sistema operativo MS-DOS de Microsoft, implantando el estándar de la industria para PC compatibles con el bus ISA. Incluía pantalla monocroma, procesador Intel 8088 de 4,7 MHz, 64 KB de memoria y disquetera de 5 ¼”. El enorme éxito del IBM PC condujo a otras empresas o fabricantes, principalmente japoneses (Sony, Sanyo, Yamaha, Mitsubishi, JVC, GoldStar, Toshiba, etc.) y un europeo, Philips, a comercializar ordenadores “clónicos” es decir, a desarrollar sistemas compatibles más económicos y de esa manera nació la floreciente industria informática. En el Museo se exhiben varias máquinas emblemáticas utilizadas a principios de la década de los 80 por departamentos de la Escuela pertenecientes a estas dos tipologías.

Inves PC 640x

Es también en la década de los 80 cuando los microordenadores, mucho más económicos, llegan a los hogares. Así, y con la excusa de ayudar a hacer los deberes y poder ejecutar juegos, se produjo la democratización de la informática personal, e hizo que ésta pasara de ser un misterio oculto para la mayoría, a convertirse en algo útil y práctico para todos. Varias empresas vislumbraron el negocio de esta etapa dorada emergente: Sinclair, Commodore, Atari, Amstrad, Oric, etc., que hicieron soñar a millones de adolescentes en los años 80.

Por primera vez, se podía tener un ordenador en casa, y aunque no eran máquinas precisamente potentes, sirvieron para formar toda una generación de potenciales informáticos. Una muestra de dichas máquinas se expone en las vitrinas del Museo. Generalmente basadas en microprocesadores de 8 bits: Zilog Z80, MOS 6502 o Motorola 68000, a ∼ 4 MHz y memoria RAM de 4-16-32-64-128 Kbytes.

Vista ampliada de los microordenadores domésticos

En el perímetro del Museo se emplazan 4 vitrinas empotradas que muestran el avance tecnológico en el tiempo de determinadas piezas o componentes internos del ordenador (microprocesadores, memorias, discos duros, misceláneas de dispositivos, et.). Una representación de ellas se puede observar en las siguientes imágenes.

Vitrina de las memorias internas RAM

Otra sección representativa del Museo es la vitrina dedicada a los ordenadores portables-portátiles de la década de los 80 y 90, cuyos actores más simbólicos se muestra en las siguientes ilustraciones.

Vista detallada de dos baldas de portátiles

El recorrido expositivo del Museo finaliza con las vitrinas reservadas a los equipos servidores, potentes máquinas basadas en un modelo de arquitectura cliente-servidor, en sus dos facetas hardware–software. Dos ejemplos ilustrativos son: el servidor Sun Enterprise 250 (junio 1988) y el NetServer serie E-30 modelo 5/166 (septiembre de 1996) o el Encore serie 91 (1991). El primero dotado de bus PCI, dos procesadores RISC de 64-bit Ultra Sparc-II a 300 MHz. Memoria principal con capacidad desde 128 MB a 2 GB, y 2 MB de caché cada uno. Almacenamiento externo de hasta un terabyte; mientras que el segundo (Encore) está basado en el microprocesador RISC Motorola 88100 de alto rendimiento de 25 MHz. Procesamiento paralelo con dos o cuatro procesadores 88100, memoria caché compatible, 16 megabytes de memoria principal compartida, dos puertos SCSI síncronos, un puerto Ethernet TM, 4 puertos asíncronos, relojes en tiempo real, temporizadores, interrupciones, y bus VME-64.

Encore serie 91

Reseñar que el Museo “Informática Vintage” no ha sido creado con la única misión de ser sólo una estancia refugio de materiales, piezas o máquinas, por importantes que éstas sean, sino también un excelente recurso educativo-formativo. Una información más profusa se puede localizar en la página web de la institución (ETSISI), desde la que se ofrece una detallada descripción de todos sus fondos.